11 ene 2009

Algo que se suele escuchar cuando tu padre recoge la decoración navideña

Sobrado por la vida

Se ha hablado de progresión, de adelantos. Mejoras en todos los ámbitos que se nos ponga en la punta de la nariz. Que si tendré una calidad de vida extraordinaria, que si podré trabajar en lo que me apetezca, que si la sanidad se portará como es debido, que si habrá tiempo de sobra para dedicarme a actividades extra-obligatorias.

Se ha hablado también de imaginación. Y del miedo, que es la única garantía gracias al cual se le deja un margen a los excesos. Que corra el aire.

31 dic 2008

Plantación de gominolas

Lo más probable es que sufras taquicardias en el primer contacto con el tema a tratar. O que produzcas ruidos extraños que no tienen alguna conexión con lo que piensas. Un leve descontrol en el sistema inmunológico que deja abiertas muchas de las puertas que uno cierra temiendo a cualquier cambio no deseado. Prevenir no es más que curar de antemano.

Con las llamadas de los txalapartaris que se esconden en la cueva del oso cautivo, uno se va con la fiesta a otra parte. Prepara la maleta que nos vamos. Nos petrificaremos de frío / nos derretiremos de calor. Todo eso al son de alguna pequeña obra maestra sonora que tiene como función endulzar cada uno de los paréntesis que escribamos en el cuento infantil más anacrónico del mundo mundial.

22 dic 2008

Patines de cuchilla romo

Algo que se suele escribir tras decorar la casa para Navidad

A proposito de los sinceros gestos de incomunicación, rememoro aquella metedura de pata que hice al dejar el teléfono descolgado. Y es que se pueden echar a perder un elenco de posibilidades por el mero hecho de posar el telefono donde no se debe. Al contrario de las últimas hojas de otoño, uno tiene que resistirse a caer y soportar el frío invernal colgado del limbo. Demasiado tarde para planear y aterrizar sobre el suelo árido. Pasó el tiempo para madurar lo suficiente.

La línea cortada y no hay forma de comunicar con el susodicho, ni falta que hace. Parece imprescindible que el interés comunicativo sea mutuo. Y por la parte que me corresponde, la inquietud por mantener la vía abierta se perdió por el camino. Allá por los dosmiles, como dirán miles de personas a partir de los tresmiles. Y ahora me planteo si habrá lugar para los teléfonos en el tercer milenio. Quizá entonces no tengamos que esforzarnos ni en dirigirnos la palabra. Probablemente se exagerará la prioridad que se le dedica a la comodidad, aunque pueda pisotear los ahora-aparentemente-imprescindibles sentidos.

15 dic 2008

Herencia animal

Es una pena que el tren se mueva tanto. El bolígrafo pierde la compostura y la tinta se olvida de respetar los límites del contorno de las palabras. Una chapuza que rompe con lo que busco, pero que por ello no deja de ser bello.

Estoy haciendo una lista de todas las cosas que olvidé en casa y lo lanzaré por la ventana en forma de avión. Volará hasta colisionar con las manos más blancas y curiosas jamás acariciadas, las mismas que lo llevarán al calor de su casa. Las palabras se van a desnudar al son del movimiento de sus enternecidos ojos. Leerá las doradas formas y subrayará con la mente aquellas que le parezcan imprescindibles. Tomará prestados recuerdos del claroscuro ayer y le mentirá a todo aquél que pregunte por la procedencia de los garabatos:

Esto ha sido escrito por mí. No hay ningún otro antes que yo. El tren no tendrá parada hasta que lo diga. Firmado por mí. Yo.